sábado, 1 de noviembre de 2014

Bon voyage

Dedicado  al  que entra en mi cocina

Todavía están tus huellas en mi pelo y ya siento melancolía.
Voy a eternizar ese beso de espaldas, a tiempo, y sin tiempo.
Me da tanto placer que vueles libremente, que me asusta.
Qué cruel es notar que podría quererte, tan orgánicamente.

No te pido que te quedes, porque no te vas del todo.
Escucho tus canciones uruguayas y te siento. Mucho.
No ambiciono con vos, te deseo profundamente.
Y fluye de manera tan impune que no voy a detenerlo.

Quiero vos en cada centímetro de mi.
Me llené los ojos de tu mirada, para no extrañarte.
Te voy a escribir cartas que no te voy a mandar.
Quizás éste sea nuestro Delirio a dúo.

Espero no incomodarte, y me disculpo de antemano.
Pero voy a decirlo, honesta y visceralmente.
Me gustás. O tanto y tan profundamente más que eso.
Me siento cautivada por cada una de tus venas.

Quisiera ver de qué manera te modifica el sol.
Transitar cómo es despertarme entre tus piernas.
Perdernos en muchas cosas que desconocemos.

O saber, al menos, que dejé un poco de mi dentro tuyo.